19 de enero de 2010
Enormes y firmes…
15 de enero de 2010
Jesús gris o un homenaje a Guillermo del Toro (1a parte)
Abrió de nueva cuenta los ojos. Jesús gris aparco los densos huesos y observo con atención- como cuando descubres por primera vez algo importante- que parte de su cuerpo orbitaba solo en segmentos, como satélites sangrantes y en su andar, el liquido era una cortina macerada en filamentos microscópicos que coloreaba el ambiente. Apenas se había dado cuenta, ya que solo hace un momento estaba en agonía pero esta situación tenía ya una corta eternidad acompañándolo. Su mirada se postro en un tramo de dedo, con la huella todavía completa, vio el hueso descalcificado que salía con timidez y la carne blanca que la rodeaba, era poca la diferencia entre ellas. Apenas pudo apretar con cierta energía los ojos para tolerar la confusión...
Fulcanelli otra vez se apareció, pero Jesús gris no sabía, a quien tenía enfrente...sin embargo solo quedaba del alquimista una inmune mascara, carne picada y casi el esqueleto completo, todo el resto levitaba como una brisa espectral. Ya era polvo negro y la piel y los órganos estaban secos. Detrás de ellos, un escarabajo magno se sacudía socorrido por una manta descascarada que recubría las blancas entrañas y un intenso dolor, que su amorfo organismo sabía que no lo dejaría tranquilo. Todo lo demás era un negro abismo extraviado.
Fulcanelli le propinaba una mirada absorta, reconocía el parentesco secular, la estirpe que habría creado sin la necesidad de algún dios preconcebido. Pero al mismo tiempo se daba cuenta que había terminado su corto linaje en el mundo. Eso lo espanto más que la permanente visión de su estadía en aquel lugar. Renacería de nuevo -se decía con petulante astucia-. En vida se abrió camino a la eternidad. No distinguiría cuantos pasos mas serían necesarios para este propósito, pero es un hecho que requiere a su hijo apocalíptico, Jesús gris.
Una aversión en la esquina de su sombra pernoctaba a la conciencia y de pronto vio como se desprendía la tercera parte de su pulgar izquierdo, algo resurgió de sus parpados, no eran lágrimas pero tenían la misma acuosa orfandad, un transparente mar de olvidadas intercesiones. Volverá sin duda alguna pero fulcanelli no esperara a que otro fragmento inaudito se ahogue en el infinito.
Intento pronunciar una frase clave, lo repetía en el subconsciente..."suo tempore… suo tempore", pero una boca quebrada mostro la dentadura bombardeada, funesta y bañada de un fuliginoso matiz. Pústulas coaguladas salían imprecisas y abundantes, no eran más que retazos de alma todavía mordisqueados de sus medievales victimas, el paladar reconoció el amargo sabor.
Volteo y se dirigió con dificultad al escarabajo, mientras Jesús gris lo descubría sobresaltado por el escenario hostil.
El cerebro programo todas sus habilidades para este toque final. Levanto con desesperanza lo que quedaba de la mano, que era una composición de hueso con varios desechos de musculo cercenado. Taladro con fuerza el interior y confundió las entrañas del bicho con una masa muy parecida al excremento. El agonizante tacto tenía solo una misión, encontrar en toda aquella pasta el corazón humano que lo había visitado en numerosas visiones fantasmales.
Fulcanelli pronto lo encontró, lo recordaba con tenue serenidad cuando en su cuerpo funcionaba con ágil destreza... Continuara...
Texto: Albin Salin
6 de octubre de 2009
UN CHOQUE
El crepúsculo otra vez cetrino, ahogo un alarido desvencijado que brotaba probablemente de las alcantarillas. El alma escurre lacrimosa su organismo, como si de algún modo se desintegrara suavemente la inmortalidad viperina que luce de este evento. Aquel robusto personaje desarrollo su trama bajo la intemperie de la epidemia, de la simpleza gestada en la hondura más glacial. Sus ojos apenas delineados por la tragedia sobrevolaron a la lujuria alternativa y disecada, temblaron mis piernas y el miembro se endureció en el anonimato. El poderoso líquido escarlata corrompió el éxtasis, se lleno de un dulce aroma sexual.
Las poderosas extremidades de ciertos arboles se extienden completos. La vestimenta pliega sus innumerables miembros con los mejores pasos de danza. Un festín de música encriptada. El cielo es parte de su centro. Los breves bosques circulan bajo estigmas migratorios, es una prosa demasiado esculpida. El pequeño objeto debilitado, bosquejo de un camino que se hacía incertidumbre. El cuerpo acumulo realidades fatigadas. El sendero se hizo pesado. El sol de medio día, como nunca me embriago de vacío. En el inerte cosmos, una explosión disminuida brota del pene, recordando con sapiencia el choque utópico donde un muerto sacio mi perversión.
UN GUSTO
Una disculpa de antemano, ya que publique el mismo escrito que en Septiembre. Efectivamente es el mismo que el "polvo". Este es el bueno. Gracias
Vuelvo a cerrar los ojos. El ocio fastidio mis arranques. El compas fluctuante del camino arrullo las pesadillas, todo un mundo me espera pero como siempre. No quedaran vestigios por la mañana...un sueño....fantasmas azules, arboles negros, aguas enturbiadas, individuos iridiscentes caminan junto a mí, apenas logro descifrar algunos vocablos de la conversación, una colina destrozada nos bloquea la visión. Al parecer nadie nota la singularidad de mi persona. Conforme avanzo hacia una pequeña cima, decenas de grupos clonados siguen el mismo trayecto procedente de varias direcciones. Todos se arrojan sin la menor perspicacia al tremendo vacio. Kilómetros de negrura traga individuos frágiles. Un ruido enigmático atemoriza mis sentidos, los desnuda ante el cielo plomizo y un sol descuartizado. Me hundí en cavilaciones desesperadas y recosté el cuerpo en el suelo, mientras el polvo me dirigía palabras de desprecio. La ceniza volaba tranquila cerca de mis brazos era una luminosa tonalidad que perturba el gusto por la belleza espectral de esta noche. Los ojos cubiertos de un lánguido velo resguarda la tumba inverosímil que detiene sus pasos. El mundo sigue asomado su viscosa presencia, sin embargo ninguno vincula el fantasmal arribo de las hondas entrañas.
5 de octubre de 2009
¿PARA QUE SIRVE UNA CARA Y UN CUERPO?
Se estremecen las manos en el primer vistazo. Su cara de ángel zurcido dio pie a un espasmo reducido a frustración. Mis dientes penetraron el glúteo portentoso. Expectantes falacias sobrevolaron los porvenires. Su perfecta musculatura sacia el tacto. La lengua recorrió su desembocadura insólita de brillantes placeres, extranjeras por si mismas. Un halo de semen vertió su blanca indiferencia por la pierna galvanizada, hundida en la imagen más estimulante libre de esencia. Yo solo frote con detenimiento el miembro impaciente. Entre una veintena de minutos envueltos y alternados, un retazo de bosque amparó la estimable lujuria. ¿Para qué mas sirve una cara y un cuerpo?
Gotas magnánimas sucumben sobre la tierra todavía fangosa. Líquidos dispares fluyen atormentados. Yo solo inundo de hartazgo la libido estoica por sobre cetrinos aspavientos. Un charco escarlata tiñe las horas subjetivas mientras los pasos acrecentados olvidan el cuerpo y la usanza. Yo solo veo filtrar la esencia de aquel hombre por el terreno sodomizado.
1 de octubre de 2009
Escasos minutos...
11 de septiembre de 2009
El camino
El camino se hunde sobre la acera. Viles pústulas cementarías despedazan las grandiosas vidas abatidas, voceras de mis complejas eternidades. Me revuelco en el aroma surcado de grises retazos de flores y muero entre tanta animosidad. Me acerco como de costumbre, risas, gritos, masticadas y borracheras incontenibles...encuentro un momento despilfarrado de placer, el aire se presume delicioso, los campos lucen radiantes e inagotables. Cierro los ojos un instante, no concibo tanta belleza, la guardo en mis recuerdos.
El camino aunque incomodo destila sorbos de complicidad -otra vez el crepúsculo cetrino- pienso sentado en algunas milpas arengosas. Mi vista se nubla. La sangre es espesa. Contengo el orgasmo. El infinito se sazona a la par de este banquete, la luna me sonríe con su tenue resplandor. A la orilla, el rostro ajeno de perfectas facciones sofoca mis días en la espesura de este cielo raso, en los arboles que se ahogan de melancolía.
El minúsculo placer sigue cortejando seres fantasmales, deformaciones corpóreas que la estética impune discrimina sin pestañar. Las líneas perfectas que se vuelcan a la realidad se imponen y cran nuevos preceptos de felicidad. Los días de sol serán lejanos recuerdos. Escurre fango vespertino, mi nombre no figura en las constelaciones triunfantes.
Las balas recorren estos terrenos emergidos. Corren de inmediato hombres y mujeres. Pequeñas estupideces diáfanas transcurren. El azoro sorprende abrupto el tono festivo de los habitantes. En la noche trastornada, gritos desconsolados empantanan el viento, los sonidos se encorvan en un alma agobiada, marchan sobre la luna turbia donde los olores se tatúan.
Un bello manto flota etéreo sobre un aire intempestuoso, uniforme a pesar del movimiento, se fusiona ondulante al rostro cual aura desenfadada...La vestimenta pliega innumerables miembros con los mejores pasos de danza. Un festín de música encriptada agoniza como todos nosotros ahora.
Polvo
Me gusta el sabor de lo clandestino. El almíbar repleto y tembloroso se impregna en los talones. A veces la sucia aura seduce el olfato. En la negrura encuentro una insatisfecha pasión que brinda luminiscencia sempiterna y caustica, es el primer orgasmo que se hunde en el excremento para no ser reconocido. Los límpidos olores arrullan el espíritu, pisotean con sus esplendidas formas mi voluntad. Cierran mis parpados y transito certero por las diversas olas de varios miembros. Fluidos incandescentes adornan cutis abrasador, desparramando el mundo onírico. Se hizo presente el polvo conmovido.
Las pupilas derrumban con temblorosa inspiración las comisuras categóricamente amorfas. Cientos de gotas sulfurosas taladran las ideas despóticas del mundo. Las pequeñas figuras dolorosas se presentan espontaneas en aquellas mujeres con el rebozo triste y miserable, su fragancia teñida de herrumbre mineral y cósmico describe su avanzada calamidad, cultura vencida y mortecina. Las líneas negruzcas de su rostro complican la franca eternidad de sus almas, la profundidad se arroja en atisbos secretos. Las trémulas pisadas transitan en rescoldos vejados por la memoria, antiguos recuerdos se acrisolan en la garganta y se asientan en el semblante, una exhalación salva el momento, lo anticipa en la vereda limpia y ceñida de fatalidades. Centurias vaciaron mi paciencia. Se despojaron de las hoscas ropas de purgatorio para redimirse bajo aquellas tierras yermas y vagabundas. El polvo penetro infantas fulguras que merodearon en la noche y se infiltraron en cada pensamiento. Como en la pueril juventud este momento lacera el presente.
27 de agosto de 2009
Sangre criminal
Lo tenía amoratado...no solo el cuello se recubría de aquella tela que fungía hasta el rostro como una máscara de seda. Lo vi salivar y toser sobre la banqueta. Su asfixia me desmorono, pero aún faltaba cortarlo en pedazos. Era una incógnita sutil y lasciva. Saque del bolsillo una navaja de colección y le corte los primeros dedos. Después de una pausa, le saque la bola azulada de su boca con la esperanza que el dolor haya enmudecido por fin los gritos. Un temblor descontrolado subió por el cuerpo. Me molesto en demasía por que no pude concentrar mis ideas en aquella obra de arte. Para ser un monstruo pulcro esta ocasión resultaba diferente, en fin no preste atención a los detalles... El primer paso derrama hedor amedrentado, el resto pulula autónomo y frágil sobre la acera. Movimientos pausados como el compas de un vals infausto, describen su andar en la vía de los muertos anacrónicos...el tornillo sucumbió a la tersa piel, pero era ya el momento preciso para el estigma que por años planeo y ahora se transmuta... Continuara