28 de junio de 2009
...al fin era libre.
Me citaste en el centro, (tengo la mala costumbre de llegar 10 o 5 minutos antes y para mi desgracia tienes la buena costumbre de llegar 10 o 20 minutos tarde) sabia que llegarías después de la hora aludida y decidí sin pensar caminar por eje central, compre videojuegos de PS2, encontré películas 3 x 10 pesos y después de 25 minutos apareciste con tu despreocupado rostro, sabias que no diría nada y sabia que no me explicarías tu tardanza, caminamos buscando dos pelis que según tu, “morías por ver”, bostezabas y rasguñabas tu mejilla, mi conversación te era indiferente y honestamente a mí también me parecía aburrido el monologo que mi boca escupía (hacía tiempo nuestra relación era una simple formalidad), frente a la entrada del cine Teresa, me dirigiste una mirada y reí burdamente, te acercaste al mostrador y preguntaste el precio de los boletos y cuantas funciones equivalían, compraste dos entradas, titube y preguntaste si me incomodaba, dije no, entramos, oscuro, tropezaste, encontramos lugar junto a una pareja, cuyos miembros exhibían sin pudor alguno, te animaste, me anime, los tocamos, los besamos y nos besamos… al salir después de media hora, te pregunte si habías visto la película, me respondiste ¿Cuál película? reí y te bese la mejilla, olías a alguien diferente, no me importo, dijiste que estabas saliendo con alguien más, no me sorprendió ni me incomodo, no hablamos mas, tomaste un taxi, nos despedimos, seguí caminando, pero ahora inundado por una sensación de alivio… al fin era libre.
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1 comentario:
la libertad huele a alguien mas. La libertad me la diste y la tome, la libertad era mental y desde hace meses fisica. Cada 3er dia despues del primero, vuelvo al Teresa con fervor a nuevos labios.
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