El camino se pone complicado. El camino que no muchos recorren no deja registro para seguir. Cuando preguntas a alguien una dirección y te indican mal es peor que cuando no te dicen nada… aún sabiéndola. Los caminos que se separan, los que se encuentran, los que se cruzan y hasta los que no llevan a nada están siendo contemplados. Se que voy a dar la vuelta de nuevo, pero no a volver.
La prueba es el camino que tomé cuando tomé esa foto en Gotemburgo hace tres años y elegí estar donde estoy ahora. Bien, no es una moraleja, pero sí he compartido lo que se.
1 comentario:
sabes si la editorial pre-textos demando al grupo RBD por plagiar el nombre para un juego de mesa?
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