8 de noviembre de 2008

Prometimos renunciar...


Sentado te escuchaba...
Eran reproches aunque te esforzabas en disfrazarlos...
Te pedí una disculpa y no te pediré más...
Te levantaste y prometimos renunciar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo he renunciado... pero era puro orgullo guardado, ya no se puede volver, la soledad es más intensa cuando no se tiene opción